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Emprendedores informales innovan en Salvador con un salón al aire libre

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Con la lenta recuperación económica del país y las altas tasas de desempleo, los bahianos buscan alternativas creativas para sobrevivir como empresarios.

Había cinco mujeres en la fila de espera, todas cómodamente sentadas. Dos diseñadoras de cejas y tres manicuristas demostraban habilidad y rapidez.

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Sin duda, la escena descrita sería la de un salón de belleza como cualquier otro, si no estuviera ubicado en la Avenida Sete de Setembro.

Empreendedores Informais Inovam Em Salvador Com Salão Ao Ar Livre 14 de fevereiro de 2020

 

En el centro de Salvador, Fabio, dueño de un salón, y su compañía, entrenada por él, estaban bajo dos toldos improvisados.

De hecho, trajeron alegría a los clientes que no tenían tiempo ni dinero para ir a un salón con paredes y aire acondicionado.

Con Brasil atravesando una lenta recuperación económica, o con perspectivas de crecimiento, eso sin contar la falta de empleo que afecta a 12,4 millones de personas.

Informalidad

Dado que el bahiano, como cualquier brasileño desempleado, se ha visto obligado a valerse por sí mismo para poder sobrevivir, aunque Fábio ni siquiera es de Bahía, la región de Noreste.

Hace un año, Fabio vino de Aracaju, donde nació, para ampliar su mercado, aunque ya llevaba 15 años trabajando en un salón de la misma manera.

Una vez comparó: "Pero allí no trabajaba para mí. Aquí, el que manda soy yo", dijo Fábio, sin revelar cuánto gana por semana.

Sus empleados no tienen ningún vínculo laboral, lo que significa que el acuerdo es que el 30% de lo que ganan tiene que ir al bolsillo del “jefe”.

Fábio, también diseñador de cejas, aprendió el oficio con Gledson do Mutirão, peluquero y ex concejal de Aracaju conocido por organizar colectivos empresariales.

Luego se convirtieron en sus empleados informales, Matheus Santos Oliveira, un empleado, dijo que vale mucho la pena incluso de manera informal, ya que antes vendía jugo de naranja en la calle.

Según datos divulgados por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), en octubre del año pasado el país tenía 38,8 millones de trabajadores informales.

Sólo para dar un ejemplo, los trabajadores informales representan el 60% de la población ocupada en Bahía, y para ellos la publicidad es de boca en boca.

En resumen, en tiempos de crisis, abrir un negocio propio ha sido una alternativa para alcanzar la independencia financiera y reducir el desempleo.