La Secretaría de Política Económica (SPE) del Ministerio de Economía reevaluó sus expectativas de crecimiento económico brasileño en 2020. La proyección actualizada es de un crecimiento de 2,1% del Producto Interno Bruto (PIB), mientras que la proyección anterior era de 2,4%.
Waldery Rodrigues, secretario especial de Finanzas del Ministerio de Economía, dijo que la previsión del Producto Interno Bruto se mantendrá por encima de 2%.
También afirmó que otros dos factores influirían en esta ecuación: la revisión a la baja de las proyecciones de crecimiento económico y la caída de los precios internacionales del petróleo. Esto provocará que el gobierno tome medidas de contingencia (léase: congelación) de parte del presupuesto.

Dado que la economía sigue creciendo, aunque por debajo de las expectativas, el gobierno está recaudando menos. Esto significa que necesita limitar el gasto discrecional (es decir, no obligatorio) para cumplir con la meta de déficit fiscal primario de R$124.100 millones para 2020.
Aceite
Existe incertidumbre sobre el impacto que la caída de los precios del petróleo y la desaceleración del crecimiento mundial puedan tener en la economía brasileña. Es importante destacar que el escenario de crecimiento para este año se ha vuelto más desafiante. Estamos monitoreando de cerca la evolución de la COVID-19 y la reciente caída de los precios del petróleo. Y reafirmamos que la mejor respuesta al nuevo escenario es perseverar con las reformas fiscales y estructurales, afirma el boletín.
Otro factor que probablemente influya en la caída de los ingresos es el impacto en los precios internacionales del petróleo. La ley de presupuesto se formuló con base en un precio promedio esperado de US$$ 58,96 por barril de crudo Brent, pero el crudo cerró la sesión de ayer a US$$ 37,22.
Vale recordar que el gobierno también debe retirar de la cuenta los R$ 16,2 mil millones previstos de la privatización de Eletrobras, cuyo proyecto no avanzó en el Congreso.
También revisó su proyección para el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) en 2020, de 3.731 TP3T a 3.281 TP3T. Este indicador sirve como referencia para ajustar el salario mínimo, lo que a su vez influye en el valor de dos tercios de las prestaciones pagadas por el INSS (Instituto Nacional de Seguridad Social), además del gasto en bonos salariales y asistencia social.
Las proyecciones de la SPE también apuntan a un aumento de 3,12% en el Índice Nacional de Precios al Consumidor Amplio (IPCA), el indicador oficial de inflación, en comparación con un aumento esperado de 3,62%.
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