Según una encuesta de GaúchaZH, la mayoría de los municipios se están volviendo más flexibles debido a la presión de empresarios y asociaciones comerciales.
Nueve de las 18 ciudades más grandes de Rio Grande do Sul están flexibilizando las normas para permitir la reapertura de restaurantes, chocolaterías, cafeterías, peluquerías y barberías.
Todos los municipios adheridos cuentan con más de 100 mil habitantes.
El jueves (9), el gobernador Eduardo Leite había encomendado a los alcaldes la tarea de analizar el regreso de las actividades, siempre que todas cumplieran con las normas de higiene y la prohibición de aglomeraciones.
El escenario muestra que las decisiones fueron motivadas no sólo por la decisión de Eduardo Leite, sino principalmente por la presión de empresarios y gremios, que advertían sobre pérdidas económicas.
Según la encuesta de GaúchaZH, en los otros nueve municipios consultados, que aún no se adhirieron.
Cuatro informaron que mantendrán reglas de restricción, como São Leopoldo y Porto Alegre. Y cinco alcaldes declararon que están analizando, planeando decisiones para la próxima semana.
“No podíamos oponernos, ya que el gobernador autorizó algunas actividades. Simplemente seguimos las directrices”, dijo Jorge Olavo Castro, secretario de Salud de Caxias do Sul.
En la Región Metropolitana, el alcalde de Viamão, Valdir Jorge Elias, conocido como Russinho, dijo que la presión de los comerciantes es muy grande. “Entendemos que hay gente que se está desmoronando”, comentó.
Inquietud
Por otro lado, las medidas liberalizadoras preocupan a algunos alcaldes por los efectos que pueden tener sobre la población.
El lunes (13) en Novo Hamburgo, Fátima Daudt tomará una decisión. Pero señala problemas que ocurrieron después de interpretaciones individuales del decreto estatal.
“Algunos pensaron que podrían trabajar automáticamente incluso con espectáculos.
“El jueves por la noche (9), nuestra inspección fue en un pub, una sala de conciertos y una gasolinera donde se producían fiestas y aglomeraciones”, informó Fátima.
Entre quienes se oponen a la liberación hay críticas a la postura de Leite, que supondría entregar responsabilidades a los municipios.
“Dado que no se realizan pruebas adecuadas, desconocemos el grado de circulación del virus. Hoy en día, nos enfrentamos a un enemigo invisible y el distanciamiento social es la mejor alternativa”, declaró Alexandre Lindenmeyer, alcalde de Río Grande.
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